Fragmento de:
‘JONÁS, JONÁS’
Obra de teatro
de Miguel Pacheco Vidal
adaptado por el autor para su utilización
como ejercicio de lectura participativa
en el taller de actividades del
centro de atención a drogodependientes
CAS de Sants (Barcelona).
Jonás (Llegando a la playa).- ¡Eh, vosotros! Los de la barca...
Pescador 1.- ¿Quién será ese?
Pescador 2.- Vete a saber.
Pes 1.- ¿Qué quieres?
Jonás.- ¿Vais mar a dentro?
Pes 2.- Mal lo tendríamos si fuésemos hacia fuera (se ríen todos los pescadores)
Pes 1.- Íbamos a pescar melones.
Pes 3.- ¿De dónde habrá salido ese panoli?
Jonás.- Quiero decir si vais lejos.
Pes 2.- Y tan lejos... Al otro lado del charco.
Pes 3.- Y tenemos prisa en zarpar.
Pes 1.- Vamos en busca de pesca que por aquí no la hay.
Jonás.- Entonces... ¿podría ir con vosotros?
Pes 1.- ¿Para qué?
Pes 2.- No necesitamos ayuda.
Pes 3.- No os fiéis. Me da mala espina.
Jonás.- Alguna ayuda necesitaréis. De cualquier forma, siempre os vendrán bien dos brazos más y yo no os pediré nada a cambio.
Pes 1.- Aquí, a bordo, hay que dar mucho el callo. No está hecha la mar para blandengues.
Pes 3 (A Pescador 1).- No te fíes. No consientas que suba. Puede traernos mala suerte.
Pes 1(A Pescador 3).- No digas tonterías. Este barco todavía lo manda una persona con seso. (A Jonás) ¿Cómo te llamas, muchacho?
Jonás.- ¡Jonás!
Pes 1.- Jonás, sube, Trabajarás mucho y cobrarás poco. A cambio, te llevaremos lejos. ¿Es eso lo que quieres, no? ¡Sube!
Jonás va hacia el barco. Atención, tramoyistas: se ha de escuchar el chapoteo del caminar de Jonás en el mar hacia el barco, hasta hacer que se lanza a nadar. Pescador 2 le ofrece la mano para izarlo abordo. Apenas está a punto de subir, se escucha un ruido de tormenta y relampaguea, Pescador 2 suelta la mano de Jonás, quien va a parar de nuevo al agua. Cesan los efectos de tormenta.
Pescador 3 (A Pescador 2).- ¿Qué haces? ¿Por qué lo has soltado?
Pes 2.- Estáte atento. (A Jonás) Perdona. Dame otra vez la mano... (A Pescador 3) Escucha...
(Vuelve a estirar del peso de Jonás. Al doblar Jonás con su pierna la borda vuelven las señales de tempestad. Pescador 2 lanza una mirada de complicidad a Pescador 3)
Pes 3 (A Pescador 1).- ¿Qué te dije yo? Este tipo nos traerá mala suerte.
Pes 1.- Bah, tonterías. Tendremos más cuidado... Venga, sube muchacho, que para luego es tarde.
Jonás sube, por fin. La tempestad da nuevas muestras de aproximación)
Pes 2.- Mala travesía nos espera...
Pes 1.- Venga, perezosos. ¡Levad el ancla! ¡Nos hacemos a la mar!
El barco se aleja de la playa.
Alférez (Llega jadeando y mirando hacia donde el barco escapa).- ¡Oh, no! Has logrado escapar a mi acoso y has conseguido que yo quede como un verdadero inútil ante mis superiores. Me encomendaron tu vigilancia y tú, con tus artimañas, has desbaratado mis propósitos; pero prometo que no abandonaré tu persecución, así te metas en el fondo de los mares, hasta obligarte a cumplir el encargo que te han ordenado.
Sombra (Es la figura humana embozada).- ¿Qué te sucede, buen hombre?
Alférez.- Nada que tú puedas solucionarme, seguramente.
Sombra.- Quizá...
Alférez (Para sí).- Tengo que encontrar una embarcación para darle alcance.
Sobra.- Aún no está lejos, pero no vale la pena.
Alférez.- ¿Qué dices?
Sombra (Destapándose).- Ha ido, sin saberlo, a cumplir con su misión. (Es el Comandante Supremo) No te preocupes más.
Alférez.- Señor...
Oscuro. Se escucha un estruendoso aparato de tormenta.
En escena, de nuevo el barco. Una tremenda tempestad azota la pequeña embarcación. Toda esta situación se ha de desenvolver con gran griterío para poder superar el ruido de los efectos de la tormenta.
Pes 2.- Está maldito. Ya os lo decía yo.
Pes 1.- ¡Tensad las velas! ¡No os quedéis pasmados! ¡Fijad el rumbo! Con este asqueroso tiempo, vamos a volver sin un solo pescado.
Pes 3.- Si es que volvemos...
Pes 2.- Ya te lo decía yo: ese Jonás está hechizado y con él, ha subido la mala suerte abordo. (Escupe en el suelo y pisa)
Pes 3.- A mí me gustaría saber quién es, qué maldición lleva encima.
Pes 1.- Dejaos de tonterías y estad atentos a lo que hacéis. No abandonéis vuestro trabajo.
Pes 2.- Hablando de trabajo, ¿dónde está Jonás? Tendría que estar aquí, echándonos una mano, ¿no?
Pes 3.- Está abajo.
Pes 1.- Pobre muchacho. Estará muerto de miedo.
Pes 3.- ¿Muerto de miedo? ¡Si está durmiendo!
Pes 1.- ¿Durmiendo?
Pes 2.- No me digas que con este tormentazo puede estar durmiendo tan tranquilo.
Pes 3.- Podéis ir a comprobarlo, si queréis.
Pes 1.- No es necesario. Hazle subir. (Baja Pescador 3) ¡Cuidado con la mayor! Este endemoniado viaje va a acabar con nuestros huesos. (Llega Jonás a cubierta, bostezando) Muchacho, ¿qué haces abajo? Aquí arriba hay mucho trabajo. Sujétate bien y deja de bostezar.
Pes 2.- Oye, ¿tú quién eres?
Jonás.- Ya os lo dije...
Pes 2.- Desde que subiste abordo, solo pasan cosas extrañas.
Pes 3.- ¿Cómo podías dormir con este... ¡Ay, que me caigo! (Se sujeta in extremis)
Pes 2.- Escucha, pelele. Como nos suceda alguna desgracia por culpa tuya, date por enterado que con ésta (Muestra una navaja) te rebano el pescuezo.
Jonás.- ¡Queréis dejarme en paz!
Pes 3.- No te hagas el gracioso y cántanos quien eres y qué pasa contigo.
Los marineros han ido acorralando a Jonás.
Jonás.- Dejarme de monsergas. Con el sueño tan bendito que tenía ahora... Estaba entre mis coles, en mi huerto... las acelgas...
Hace además de estirar los brazos para desperezarse y se lleva la mano a la boca para acompañar el bostezo.
Pes 2.- Pero... ¿Qué haces?
Pes 3.- ¡Que te vas a caer!
Pes 1.- Agárrate. No sueltes las manos.
Pero Jonás prefiere bostezar a gusto y, por tanto, caer al agua.
Jonás.- ¡Ay!
Pes 1.- ¡Hombre al agua!
Jonás.- ¡Socorro!
Pes 3.- ¡Aquí, aquí! Traed una luz.
Pes 2.- Ya voy. ¿Ves algo?
Pes 3.- Todo es oscuridad.
Casi repentinamente, vuelve la calma.
Pes 1.- Por allí cayó.
Pes 3.- Ya no se oye.
Pes 1.- No puede andar lejos. Echaré un cabo.
Pes 3.- Es inútil... (A Pescador 2 que se ha erguido al darse cuenta de la completa calma) Y a ti, ¿qué te ocurre ahora?
Pes 2.- Es increíble...
Pes 3.- ¿El qué es increíble?
Pes 2.- ¿No lo notáis? (Pescador 3 se encoge de hombros) De golpe, ha parado la tormenta.
Pes 1.- ¡Anda!
Pes 2.- Está la mar quieta, como nunca la vi. No nos movemos nada.
Pes 3.- ¡Glup!
Pes 2.- ¿Qué te pasa?
Pes 3.- ¡Que me mareo!
Se va a devolver aparte. Acostumbrado a tanto meneo, le ha sentado mal la calma.